LA CASA QUE POR DÉCADAS FUE EL HOGAR DE LA FAMILIA AYLWIN OYARZÚN

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“Si le pudiera poner un nombre simbólico a esta casa, la llamaría ‘casa de puertas abiertas’.
Es una casa donde todos están invitados a pasar”.


Leonor Oyarzún, diciembre 2016

Jardín

Para doña Leonor, el jardín era la parte más importante de la casa. Personalmente, se preocupaba que en toda época hubiera flores. Incluso, en sus últimos años, estaba muy pendiente de que se viera bonito y bien cuidado. 

Cuando construyeron la casa, el presupuesto no alcanzaba para hacer un jardín, razón por la cual pasaron algunos años sin siquiera plantar algo de pasto. Un día, un jardinero le regaló a doña Leonor un pequeño magnolio que ella plantó en el centro del jardín. Este creció en forma de copa y en agosto regalaba unas enormes flores blancas, transformándose por más de 50 años en un símbolo de la casa. Su espacio fue poco a poco siendo llenado con rosas y camelias blancas, rayitos de sol, alegrías del hogar y hortensias de invierno.

Las buganvilias también las plantó doña Leonor. La morada, que trepa por los muros hasta la ventana del dormitorio principal, fue la primera, cuando no había nada más en el jardín. Algún tiempo después plantó la roja y la fucsia, que cubren los ladrillos de la entrada a la casa, y más tarde, una blanca y otra de color salmón. Finalmente, los pastelones que originalmente había en la entrada de la casa fueron reemplazados por un empedrado.

El gusto de la dueña de casa por las flores la llevó a cultivar diferentes variedades en macetas que iba rotando de ubicación conforme a su floración. En sus últimos años, no era extraño verla sentada en la terraza leyendo el diario y, cada cierto rato, levantar la vista y decir lo lindas que estaban las plantas.

Don Patricio también disfrutaba del jardín, aunque, a diferencia de su padre don Miguel, “jardinear” no era lo suyo. Ya entrado en años era frecuente verlo caminar y detenerse para sacar ceremoniosamente una a una las hojas secas de la enredadera de hiedra, o mirar, con tranquila expresión, las flores de las buganvilias.