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Recién casado, el matrimonio Aylwin – Oyarzún vivió un tiempo en la casa de los padres de don Patricio, en San Bernardo. Al poco tiempo se trasladó a Santiago, radicándose en la comuna de Ñuñoa, donde arrendaron una casa en calle Eliecer Parada. Allí nacieron sus hijos Mariana, Isabel, Miguel Patricio y José Antonio.

En esos años el sector era semi rural, había pocas casas y la locomoción solo llegaba hasta la calle Bilbao con Los Leones. Era muy usual que la los niños jugaran afuera, en la calle, o que hicieran un corto paseo a ver cómo ordeñaban a las vacas en un fundo cercano.

Algunos años después, los propietarios de este fundo lo lotearon para uso habitacional. Enterado don Patricio, entusiasmó a su cuñado Hugo Trivelli, casado con la “Meche”, para que también adquiriera uno de los sitios que estaban en calle Arturo Medina, entonces comuna de Ñuñoa, y hoy, debido al cambio en el plano regulador, comuna de Providencia.