LA EXPERIENCIA POLÍTICA DE LA
UNIDAD POPULAR

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La experiencia política de la Unidad Popular / Balance después de un año

Balance después de un año

Creciente polarización política

Durante 1971 diversos eventos electorales, tanto de orden propiamente político como sindical, gremial y estudiantil, fueron significativos de la creciente polarización de los chilenos en dos bandos, de fuerza más o menos equivalente, que disputaban palmo a palmo el predominio en todos los ámbitos de la vida nacional. Al interior de éstos, subsistían importantes diferencias que hacían aún más compleja la posibilidad de entendimiento.

Al finalizar el año, prevalecía en todos los sectores de derecha un gran pesimismo sobre el futuro del país, una total desconfianza respecto del gobierno y una actitud de decepción y crítica hacia la DC y la Iglesia católica, a las que acusaban de «blandura» y condescendencia inexplicable frente al régimen.  Ese pesimismo los llevaba a radicalizar su oposición al gobierno y cultivar la idea de una salida militar.

Revista «Portada» N°25, noviembre 1971 – número especial «365 días de Vía Chilena»

Declaración «El PN alerta al país: El comunismo pretende arrastrar a Chile a la guerra civil», 10 de marzo de 1972

Estando también en la oposición al gobierno de la Unidad Popular, la postura de la DC era, sin embargo, fundamentalmente distinta a la de la derecha. Por favorable que fuera la disposición hacia el gobierno de muchos democratacristianos -empezando por su propia directiva- los hechos abocaron al partido a asumir el liderato de la oposición, procurando encauzarla en torno a los valores democráticos y no de intereses reaccionarios y por métodos democráticos y no rupturistas de la institucionalidad.

Informe de Narciso Irureta en el consejo nacional del PDC sobre los hechos ocurridos desde mayo pasado, 22 de octubre de 1971

En contraste con la oposición, la Unidad Popular parecía un conglomerado que crecía y se reforzaba en sus objetivos. Dentro de ella, los partidos Socialista y Comunista tenían la hegemonía. En el curso del año 1971 ese predominio había ido acentuándose, al paso que la influencia de los otros, especialmente del PR, API y PSD, disminuía ostensiblemente. Eran socialistas y comunistas, seguidos por el MAPU y la IC, quienes daban la tónica a la acción del gobierno y mantenían al país en un clima de permanente agitación.

Discurso del secretario general del PC, Luis Corvalán, en acto de conmemoración de los 39 años de la fundación de las Juventudes Comunistas de Chile, 5 de septiembre de 1971 

Declaración de Carlos Altamirano «A luchar y vencer por el socialismo», 15 de enero de 1972 

Más allá del apoyo partidista, el presidente Allende contaba con la conducta institucional de las Fuerzas Armadas, de cuya lealtad al gobierno y adhesión a sus proyectos de cambio se preocupaba muy especialmente.

Esta polarización no hizo más que acentuarse con el triunfalismo voluntarioso, soberbio y beligerante, de la Unidad Popular, la marcha de las cacerolas, las incitaciones de Fidel Castro durante su visita a Chile, las reiteradas declaraciones de la UP denunciando el actuar sedicioso de la oposición y las acusaciones constitucionales que en diciembre se formalizaron contra los ministros Tohá y Vuskovic.

Declaración del PC denunciando actividades sediciosas, 9 de septiembre de 1971

Recortes de prensa «Parlamentarios se pronuncian sobre la campaña de la UP que denuncia sedición», 9 de septiembre de 1971

Entrevista a Patricio Aylwin, presidente del Senado, sobre la campaña de sedición y el actuar del gobierno, 10 de septiembre de 1971

Recorte de prensa «DC pide datos concretos sobre sedición», 11 de septiembre de 1971

Carta de Patricio Aylwin, presidente del Senado, a Salvador Allende, en que le plantea algunas interrogantes que inquietan a muchos chilenos, 9 de diciembre de 1971

El clímax fue la «Declaración de diciembre», que la UP formuló el 20 de ese mes en un acto de adhesión a Allende, donde anunció que había llegado la hora de distinguir claramente entre oposición y sedición y darle a esta última la réplica que se merecía.

 

La porfiada economía

A pesar de las dificultades crecientes con que se fue encontrando la estrategia de la UP en su camino hacia el poder total, sus dirigentes terminaron el año 1971 satisfechos.

En menos de un año, la nacionalización del cobre había quedado oleada y consumada, a un costo financiero bajísimo para Chile. También habían pasado al dominio del Estado 15 de 26 bancos comerciales del país y en los 11 restantes era el principal accionista. Junto con ello, el gobierno tenía en sus manos -por compra, requisición, intervención y, excepcionalmente, expropiación- 103 empresas industriales y las principales distribuidoras del país. Era verdad, asimismo, que, en el sector agrícola, Allende podía jactarse de haber expropiado, en su primer año de gobierno, más predios que la administración anterior en todo su período.

En el ámbito económico, el gobierno exhibía cifras reveladoras de importantes progresos: disminución de la cesantía desde un promedio superior al 7% en 1970 a uno inferior al 4% el año 71; incremento de la participación de los asalariados en el ingreso nacional de un 53% a más de un 60%; crecimiento del producto bruto en cerca de un 8% y de la producción industrial en más de un 11%; y baja de la inflación del 34% al 22%.

En el plano social mostraba, satisfecho, el aumento del poder de consumo de los trabajadores, de la escolaridad y de las atenciones médicas por los servicios de salud, el otorgamiento del medio litro de leche prometido a todos los niños de Chile y la ampliación de los beneficios previsionales a comerciantes, transportistas, pequeños agricultores y mineros, sacerdotes, monjas y ministros de diversos credos religiosos.

Discurso del presidente Salvador Allende al cumplirse un año de gobierno, 4 de noviembre de 1971

Sin embargo, estos resultados representaban solo un aspecto de la situación que se vivía en el país. A fines de 1971 eran ostensibles los síntomas de una severa crisis: escasez creciente de algunos bienes de consumo, especialmente alimentos, consiguiente aparición de un «mercado negro» y reactivación del proceso inflacionario. El déficit fiscal alcanzó a más del 30% del gasto total, el volumen del circulante monetario aumentó en 113,6%; y la balanza de pagos, que el año anterior había dejado un excedente de 91 millones de dólares, arrojó un déficit de 299 millones. La situación se hizo tan difícil que el gobierno decidió suspender el pago de la deuda externa y plantear a los acreedores su renegociación.

En ese cuadro, las perspectivas económicas para el nuevo año eran francamente amenazantes: agotado el stock de mercaderías y materias primas, agotadas también las reservas de divisas, trabajando las empresas productivas al límite máximo de su capacidad instalada, al tope de su capacidad de endeudamiento y prácticamente sin generar utilidades, no se veía cómo podría conseguirse el aumento de producción indispensable para satisfacer el fuerte incremento que había experimentado la demanda de bienes y servicios.

Documento político «Visión crítica de la política general», 18 de junio de 1971

Discurso de Luis Corvalán, secretario general del PC, en acto realizado en el Estadio Chile, 19 de octubre de 1972

Intervención del senador José Musalem en respuesta a la exposición sobre la Hacienda Pública del ministro de Hacienda, Américo Zorrilla, 25 de noviembre de 1971

Entrevista a Orlando Sáenz, presidente de la SOFOFA, sobre la situación económica del país, 3 de diciembre de 1971

Recorte de prensa «Dijo Vuskovic en respuesta al PDC: economía nacional pasa por un periodo pujante y vigoroso», 16 de diciembre de 1971

Entrevista al senador y secretario general del PS, Carlos Altamirano, respecto a la situación económica del país, la acusación contra el ministro Tohá y las recientes elecciones complementarias, 23 de enero de 1972

Editorial «Nuevo análisis económico», 13 de enero de 1972