“La integralidad de los derechos humanos, por la que Zalaquett abogó, debería orientar a los líderes políticos y sociales del país que participen del proceso constituyente que vive nuestro país.”
José “Pepe” Zalaquett, como era conocido y llamado afectuosamente por todos, tuvo una larga carrera de compromiso y entrega a las causas de los derechos humanos.
Luego de sus estudios de derecho en la Universidad de Chile, su vocación por la justicia lo llevó a involucrarse en la Corporación de Reforma Agraria, bajo el gobierno de Salvador Allende, donde trabajó como director jurídico.
Tras el golpe militar de 1973 se involucró en la defensa de las víctimas de violaciones de derechos humanos cometidas durante la dictadura, desempeñándose como director de la Unidad de Defensa Legal del Comité Pro Paz, formado por las iglesias cristianas, que con posterioridad a su cierre por el régimen, fue seguida en sus actividades por la Vicaría de la Solidaridad, donde se desempeñó en la misma función.
Luego de ser detenido por la Dina en 1975, y tras ser llevado a Tres Álamos en abril de 1976, fue exiliado, residiendo en Estados Unidos primero, y luego en Gran Bretaña, donde se desempeñó como encargado del Comité Ejecutivo de Amnistía Internacional entre 1979 y 1982.
Con posterioridad, a su regreso a Chile, durante el gobierno de Patricio Aylwin pasó a integrar la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, conocida como “Comisión Rettig”. Su larga experiencia en derechos humanos y en el trabajo con las víctimas de su violación, a nivel nacional e internacional, junto con sus cualidades intelectuales y humanas, resultaron fundamentales en la preparación del Informe dado a conocer por el Presidente Aylwin en marzo de 1991, donde se consignaron más de 3.000 denuncias de graves y sistemáticas violaciones que resultaron en la desaparición y muerte de más de 2.000 personas, ocurridas entre 1973 y 1990.
En años posteriores, la experiencia de Zalaquett en materia de justicia transicional lo llevó a distintas latitudes a compartir la experiencia de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación.
En 1994 viajó junto al entonces expresidente Aylwin a Sudáfrica, invitado por las organizaciones de derechos humanos para compartir la experiencia de la “Comisión Rettig”. Ello incidió en que la Comisión establecida por el Presidente Nelson Mandela al asumir el gobierno de ese país, llevase el mismo nombre que la creada por el Presidente Aylwin (Truth and Reconciliation Commission, por su denominación en inglés).
Entre 1999 y 2000, Zalaquett fue uno de los abogados que integró la Mesa de Diálogo sobre Derechos Humanos. Durante ese mismo periodo, formó junto a Cecilia Medina el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Chile, desempeñándose como codirector.
Por su labor académica, fue distinguido el año 2003 como Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales.
Además de ser un jurista destacado y tener un alto compromiso con la causa de los derechos humanos, Pepe Zalaquett era un apasionado amante y conocedor del arte, incluyendo la literatura, la música y la pintura.
Su aporte a la búsqueda de la verdad, la justicia y la reconciliación del país, en momentos críticos de nuestra historia, son reconocidos por todos los sectores políticos y sociales.
En las actuales circunstancias que vive nuestro país, se ha abierto la posibilidad de elaborar una nueva Constitución que siente las bases de nuevas formas de convivencia democrática, la visión integral de los derechos humanos que Zalaquett valientemente defendió y promovió a lo largo de su vida, no pueden pasar desapercibidas ni ser desestimadas.
La integralidad de los derechos humanos, por la que Pepe Zalaquett abogó, en la que la justicia social pueda compatibilizarse con las libertades públicas y el respeto cívico, debería orientar a los líderes políticos y sociales del país que participen de este proceso.
José Aylwin O.