LA CASA QUE POR DÉCADAS FUE EL HOGAR DE LA FAMILIA AYLWIN OYARZÚN

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“Si le pudiera poner un nombre simbólico a esta casa, la llamaría ‘casa de puertas abiertas’.
Es una casa donde todos están invitados a pasar”.


Leonor Oyarzún, diciembre 2016

Presentación

A fines de la década de los cincuenta, el matrimonio Aylwin Oyarzún decidió comprar un sitio en calle Arturo Medina, entonces parte de la comuna de Ñuñoa. La hermana de doña Leonor, Mercedes, junto a su marido Hugo Trivelli, compraron el terreno colindante, en un sector que en aquellos años tenía pocas casas habitacionales, caracterizado más bien por la presencia de pequeñas parcelas agrícolas.

El arquitecto elegido para el diseño y construcción de la vivienda fue Tomás Reyes, amigo y camarada de don Patricio, quien, conforme a los deseos de doña Leonor, buscó imprimir a su encargo un ‘estilo inglés’, inspirado en las casas de la época de la monarquía Tudor de Inglaterra.

La estética exterior de la casa la conforman una fachada asimétrica de dos pisos con alta techumbre de planos inclinados donde hay una buhardilla y muros exteriores de ladrillo rojo combinados con un entramado de madera. En su interior, destacan el espacioso orden de su planta y la presencia de madera en puertas, ventanas y piso, que otorgan el ambiente sencillo y acogedor que buscaba la dueña de casa para el que sería su hogar durante más de sesenta años.

En todo este largo tiempo, las modificaciones realizadas a la vivienda fueron mínimas; solamente algunos cambios menores en habitaciones y en la buhardilla, realizados de acuerdo a las necesidades de la familia en los diferentes momentos de su vida.

Tampoco el jardín tuvo grandes cambios, manteniendo siempre su bella y armónica esencia, evidenciando el gusto de doña Leonor por las plantas y flores.