EL INFORME DE VERDAD HISTÓRICA Y NUEVO TRATO

linea

UNA MIRADA A FONDO SOBRE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Y SUS DEMANDAS

“Nuestro país no puede continuar negando la sustancia fundamental de la que está constituido: su gente, sus culturas, sus pueblos, su historia, su memoria. Allí reside nuestra fuerza para desarrollarnos y hacer parte de estos procesos globales, que nos enfrentan a la diversidad del mundo. Chile es más fuerte, Chile es más Chile, cuando da cabida a todos sus hijos”

Extracto del Informe de Verdad Histórica y Nuevo Trato, 2003

Presentación

Respondiendo a la insatisfacción de los pueblos originarios, en particular del pueblo mapuche, respecto a la política aplicada por el Estado de Chile a sus comunidades e integrantes, y acogiendo las demandas de sus dirigentes de hacer un análisis más profundo sobre las causas históricas de esta situación, en enero de 2001 el presidente de la República, Ricardo Lagos, creó la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato (CVHNT).

Integrada por 25 personas, más de la mitad de las cuales representaban a los diferentes pueblos indígenas de Chile, además de representantes de la Iglesia Católica y Evangélica, de los gremios empresariales, académicos y de diversos estamentos de la sociedad chilena, la Comisión, presidida por el expresidente Patricio Aylwin, trabajó dos años y nueve meses. El 28 de octubre de 2003 dio a conocer su Informe final, un extenso documento que analiza en profundidad la historia de la relación que ha existido entre los pueblos indígenas y el Estado de Chile, y sugiere propuestas y recomendaciones para una nueva política estatal que permita avanzar hacia un nuevo trato entre el Estado, los pueblos indígenas y la sociedad chilena en su conjunto.

Como principio fundamental, el Informe advirtió que este nuevo trato debía estar basado, ante todo, en el reconocimiento que la sociedad chilena es culturalmente diversa; que al interior de la actual configuración de nuestra comunidad nacional coexisten diversas agrupaciones – los pueblos indígenas – que reivindican para sí una identidad histórico cultural particular y diferente a la del común de los chilenos; que dicha identidad se arraiga en lo profundo de una historia que empezó a construirse antes incluso de la llegada del conquistador y, evidentemente, de la construcción del Estado y de la nación chilena; y que dichas historias – múltiples y diversas – deben ser admitidas e incorporadas al relato de nuestra historia como país, rompiendo con el silencio y la invisibilidad en que hasta ahora han sido mantenidas.

La Comisión dejó constancia de la especial importancia que para los pueblos indígenas reviste su reconocimiento como “pueblos”, categoría que no es reemplazable en el ámbito del reconocimiento por ninguna otra expresión. Lo propio ocurre con la utilización y reconocimiento de “territorios indígenas”, concebido como un espacio jurisdiccional donde los pueblos indígenas hacen efectivo los derechos colectivos que son atribuibles a su condición de pueblos.

En concordancia con estos principios, la Comisión recomendó el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas y la consagración en la Carta Fundamental de sus derechos colectivos. En el ámbito institucional, propuso la definición y la ejecución de políticas públicas en materias concernientes al interés de los pueblos indígenas. Asimismo, hizo ver su convicción de que el Estado de Chile, en cuanto miembro de la comunidad internacional, debe hacer suyas las directrices y derechos reconocidos en el orden internacional a los pueblos indígenas, incluyendo la más pronta ratificación del Convenio N°169 de la OIT, sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes. 

Informe final de la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato– principios generales y bases para un Nuevo Trato

Han transcurrido casi tres décadas desde que el Informe de la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato fuera entregado al presidente de la República. Durante este tiempo aún no se ha reconocido constitucionalmente a los pueblos originarios y, si bien el año 2008 Chile ratificó el Convenio N°169 de la OIT, los gobiernos no han dado cumplimiento efectivo a los derechos indígenas que, de acuerdo a este Convenio, deben ser protegidos y garantizados. Así, lo que algunos han denominado la “memoria de la ira”, alimentada una y otra vez por promesas incumplidas, ha ido creciendo con más fuerza, expresándose en mayores demandas -como las que se ven en la Convención Constituyente- y hechos de violencia que agravan aún más un problema que viene desde la época colonial.

La intención de este minisitio no es hacer un análisis crítico y menos enjuiciar lo hecho -o lo que no se ha hecho- en todo este tiempo respecto de los pueblos originarios. Sin embargo, creemos importante relevar el trabajo de la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato, así como los hitos que la antecedieron desde la firma del Acuerdo de Nueva Imperial, en diciembre de 1989. Estamos ciertos que el Informe es un buen punto de partida para todos quienes buscan comprender las causas de la compleja relación entre el Estado, los pueblos originarios y la sociedad chilena.

Investigación:  Carlos Bascuñán
Texto: Magdalena Eichholz
Diseño: Roberto Cuello